Tras seis años de ausencia, Victoria’s Secret volvió a deslumbrar con su icónico desfile, esta vez renovado y cargado de brillo, sorpresas y una propuesta más inclusiva. El evento tuvo lugar el 15 de octubre en la ciudad de Nueva York, marcando el inicio de una nueva etapa para la marca, que ha apostado por una transformación profunda en su estrategia de comunicación y representación.

El regreso del Victoria’s Secret Fashion Show no solo trajo de vuelta las emblemáticas alas rosadas, sino que también presentó una pasarela reinventada, con modelos que reflejan una mayor diversidad de estilos, cuerpos y orígenes. La producción, que combinó moda, música y narrativa visual, fue diseñada para conectar con las audiencias actuales, más conscientes y exigentes en cuanto a inclusión y autenticidad.

Este relanzamiento responde a un proceso de reinvención que la marca inició hace varios años, buscando alejarse de los estereotipos que la definieron en el pasado y acercarse a una visión más moderna y empoderadora de la belleza. El desfile de 2025 se convirtió en una celebración de la evolución, donde cada diseño, cada modelo y cada momento sobre la pasarela fue una declaración de cambio.

Con una puesta en escena espectacular, el evento fue transmitido en plataformas digitales, permitiendo que millones de personas alrededor del mundo vivieran la experiencia en tiempo real. Victoria’s Secret demuestra así que está lista para reconectar con su público, no solo a través de la moda, sino también con un mensaje claro: la belleza se redefine, se celebra y se transforma.