Una cruda llamada a la vida: influencers gastronómicos sobreviven a un choque inesperado durante una transmisión en vivo

Lo que comenzó como una rutina más—una degustación frente a la cámara, sonrisas nerviosas, sliders de salmón a punto de ser probados—se convirtió en un momento que ninguno de los dos olvidará. Nina Santiago —más conocida como NinaUnrated— y Patrick Blackwood estaban filmando un video en vivo para sus seguidores en el restaurante CuVee’s Culinary Creations, en Houston, cuando, de pronto, un SUV atravesó el ventanal a toda velocidad, estrellándose contra la mesa.

Las cámaras captaron el inestable destello del cristal rompiéndose, la explosión del caos, la mesa desplazándose y los platos volando. Nina, con el tenedor apenas levantado, cayó al suelo; Patrick se vio rodeado de fragmentos de cristal. “Estuvimos a centímetros del desastre, pero por un milagro estamos bien”, dijeron después, con la voz entrecortada por el susto.

Ambos recibieron atención médica de urgencia. Santiago publicó en redes imágenes de las heridas: cortes en la cara, los brazos y las manos. Patrick, sangrando ligeramente, fue atendido en una ambulancia. Desde allí, él expresó alivio: “Me siento bendecido… gracias, universo”. Ella, aún sorprendida por lo vivido, confió: “Mi cuerpo está tenso, me duele la mandíbula… Lo único que me alegra es estar viva”.

Lo que más conmueve de esta tragedia evadida es su reflexión colectiva: “Esto me mostró quién importa de verdad; la vida es demasiado corta para el rencor… esta pudo ser nuestra última comida”, escribió Nina, conmoviendo a su comunidad de seguidores. Patrón que ambos marcaron: continuar, crecer, sin mirar atrás.

Las autoridades descartaron intoxicación: la conductora del vehículo simplemente creyó haber puesto su SUV en “park”… cuando en realidad no lo estaba. En segundos, su error transformó un brunch en una pesadilla, dejando una huella imborrable en quienes lo vivieron.

Pero también quedó otra señal más clara: el poder que tienen las redes para narrar tragedias y transmitir humanidad. Nina y Patrick compartieron no solo su susto, sino también su gratitud: regresaron al restaurante, pidieron sentado en una mesa más resguardada y, con nervios renovados, le dieron un gesto más poderoso a su comunidad: el mensaje de seguir aquí, con más ganas que nunca.

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