
La moda volvió a quedar en el centro de las miradas cuando Shakira causó sensación durante la inauguración de una tienda de belleza en la Ciudad de México. Vestida con un jumpsuit rosa pastel y detalles que evocan el estilo Barbie, la artista colombiana demostró, una vez más, su capacidad para fusionar feminidad, audacia y sofisticación en un solo gesto visual. El outfit, construido alrededor de un tweed entallado, destacaba por un desabrochado estratégico en la zona superior que dejaba vislumbrar un sujetador de encaje fucsia, equilibrando lo clásico con un toque provocador que se mantuvo dentro de una estética elegante y contemporánea.
El conjunto se completó con plataformas blancas de aire futurista y gafas de inspiración retro en tono rosa, formando un look monocromático que rinde homenaje al conocida tendencia Barbiecore sin caer en la literalidad. Este juego de contrastes —lo romántico frente a lo audaz, lo tradicional frente a lo contemporáneo— subrayó una idea central: la sensualidad puede coexistir con la sofisticación y la autosuficiencia. En lugar de una alfombra roja, Shakira participó en la apertura de la tienda y, al mismo tiempo, grabó contenido para promocionar su nueva línea cosmética, aprovechando el evento para reforzar su presencia en el mundo de la belleza.
La repercusión fue inmediata en redes sociales, con miles de comentarios y comparaciones con referentes del pop, entre ellos Gwen Stefani, que subrayan la capacidad de la artista para marcar tendencias fuera de los escenarios. Este momento de moda llega en medio de la gira “Las mujeres ya no lloran” y, según analistas de moda, consolida a Shakira no solo como intérprete de alto impacto global sino como una figura influyente en la estética popular, capaz de reinventarse sin perder su identidad.
En una era en la que la imagen pública y el branding personal son parte integral de la carrera artística, Shakira envió una declaración clara: la sensualidad puede coexistir con la elegancia y el poder, y el rosa, lejos de ser un color menor, puede convertirse en un símbolo de liderazgo y autoconfianza cuando se lleva con una actitud contundente. Con este look, la cantante no solo celebra una nueva etapa creativa, sino que refuerza su estatus de referente del pop global, capaz de convertir una visita comercial en un momento memorable para la industria de la moda y la belleza.