Justo una semana después de que Katy Perry y Orlando Bloom confirmaran su separación —con un comunicado conjunto centrado en su compromiso conjunto como padres de su hija Daisy Dove — la expareja fue vista nuevamente compartiendo tiempo en familia durante unas elegantes vacaciones en la costa de Amalfi, Italia.

Orlando compartió en Instagram un emotivo álbum donde se ve a la pareja junto a Daisy y al hijo de Bloom, Flynn, navegando en yate y paseando por pintorescos puertos italianos. Una de las imágenes más comentadas muestra a Daisy sobre los hombros de su padre, mientras observa a Katy con una mirada cómplice, lo que confirma que pese a la ruptura, la convivencia familiar sigue intacta.

Fuentes cercanas aseguran que este viaje ya estaba organizado antes de que la pareja anunciara oficialmente su separación, y que fue pensado como una oportunidad para priorizar la estabilidad y la unión familiar de cara al bienestar de Daisy. La pareja fue vista relajada y sonriente en un yate reportado como propiedad de Jeff Bezos, donde, según medios, también estuvieron presentes él y su esposa, Lauren Sánchez.

En su comunicado oficial del 3 de julio, Katy y Orlando destacaron que han estado “evolucionando su relación en los últimos meses hacia una coparentalidad” y que seguirían siendo vistos juntos como familia, “porque nuestra prioridad —siempre— es criar a Daisy con amor, estabilidad y respeto mutuo”.

Este es el primer encuentro público significativo tras su separación, y envía un claro mensaje: aunque su vínculo amoroso terminó, su compromiso como padres sigue sólido e inquebrantable. Mientras Katy continúa con su gira Lifetimes (con parada próxima en Denver), Orlando ha hecho una pausa en su agenda para acompañar a su hija en este viaje y posiblemente en otros eventos familiares próximamente.

Detrás de esta imagen de armonía, también hay un reconocimiento del desgaste que vivieron en los meses previos a su ruptura —transparente incluso en posts de Orlando con citas de Jung sobre la soledad y la tristeza— y una determinación de priorizar su rol como padres sin generar conflictos públicos.

En definitiva, lo que comenzó siendo una transición íntima hacia la “coparentalidad responsable” se convierte en un ejemplo visible de cómo las parejas —incluso en la industria del entretenimiento— pueden redefinir sus relaciones y mantenerse unidos por el bienestar de sus hijos. Este reencuentro en Italia, captado entre botes, gelatos y costas medievales, deja en claro que Perry y Bloom aún comparten un propósito conjunto: brindar a Daisy un entorno afectuoso y sin rupturas.