En medio de una creciente presión mediática y rumores sobre su salud mental y su matrimonio con Hailey Bieber, Justin Bieber ha decidido alzar la voz. El cantante canadiense, de 31 años, ha sido objeto de una intensa persecución por parte de los paparazzi en Los Ángeles, lo que lo llevó a compartir un mensaje contundente en sus redes sociales: “¿Creen que me van a intimidar para que me vaya de donde más se necesita mi influencia? ¿Cómo podemos cambiar si huimos de la oscuridad?”

Bieber reveló que personas cercanas le han sugerido abandonar la ciudad debido al constante acoso, pero él se niega a hacerlo. “Yo también me he visto envuelto en la naturaleza transaccional de Hollywood”, admitió, pero agregó que ahora, como esposo y padre, su objetivo es sumergirse en la cultura, aprender y ser un defensor del amor y la igualdad.

El cantante compartió un video en el que se le ve saliendo de un edificio mientras los flashes de las cámaras lo rodean. Visiblemente molesto, exclama: “¡Mira a estos tipos, hombre!”, mientras una persona de su equipo pide espacio a los fotógrafos. Acompañando el video, Bieber escribió: “Esto tiene que parar”. ​

Lejos de victimizarse, Bieber ha optado por refugiarse en su fe. Publicó una imagen de un león acompañada de un texto reflexivo en el que afirma: “Creo que Dios es mi león, mi fuerte líder. Le pido paciencia para enfrentar esto”. En su mensaje, también se perdona a sí mismo y a quienes —según él— intentan usarlo, manipularlo o hacerlo sentir inferior. “No soy una víctima”, sentenció.

Este episodio no solo refleja la tensión que viven las celebridades ante la sobreexposición, sino que también muestra a un Justin Bieber más maduro, dispuesto a enfrentar la tormenta mediática sin renunciar a sus ideales ni a su hogar.