En una salida nocturna por Roma junto a su madre, Kim Kardashian, North West —de 12 años— desató una ola de comentarios con su estilismo. La adolescente lució un corset negro, una minifalda de mezclilla, botas de plataforma y un bolso en forma de corazón. Completó su look con una llamativa cabellera azul degradada recogida en coletas. El conjunto, digno de pasarela, generó admiración, pero también fuertes críticas por considerarse “inapropiado para su edad”.

Algunos seguidores elogiaron la autoconfianza y el estilo audaz de North, destacando que cada quien debería expresarse libremente. Sin embargo, para otros fue un exceso; muchos cuestionaron que una niña vistiera un corset—prenda considerada más adulta—y llamaron a Kim a proteger más la inocencia de su hija.

El debate no se limitó al vestuario. También estuvo enmarcado por las tensiones con el padre de North, Kanye West, quien en varias ocasiones ha criticado públicamente las decisiones de Kim en cuanto a la crianza y la imagen de sus hijos.

Moda como legado familiar… con críticas incluidas

Más allá del escándalo, Kim defendió la libertad creativa de su hija. Ha explicado en otras ocasiones que, aunque los estilos puedan variar del suyo, respeta los gustos de North. Incluso ha comentado que suele inspirarse en las opiniones de su hija cuando se prepara para eventos importantes, como la Met Gala.

Este episodio vuelve a poner sobre la mesa el delicado equilibrio entre la expresión personal y la protección infantil bajo la mirada del mundo. La moda puede ser arte, pero cuando se trata de una niña, la conversación sobre límites y libertad se vuelve inevitable.