
Kim Kardashian volvió a acaparar todas las miradas, esta vez desde la icónica pasarela de Balenciaga durante la Semana de la Alta Costura en París. Con una aparición inesperada, la empresaria y estrella de reality no solo sorprendió al público, sino que rindió un emotivo y glamuroso tributo a una de sus grandes inspiraciones: Elizabeth Taylor.
Luciendo un elegante vestido lencero de satén marfil con un aire retro inconfundible, Kim caminó con aplomo por la pasarela envuelta en un abrigo oversize de plumas blancas, evocando el sofisticado glamour de los años 50. El estilismo, cuidadosamente orquestado, recordó a la legendaria actriz en películas como El gato sobre el tejado de zinc caliente, donde Taylor brilló como ícono de estilo y sensualidad.

Pero el verdadero guiño al legado de Elizabeth Taylor estuvo en los detalles: Kardashian llevó unos pendientes de diamantes espectaculares que alguna vez pertenecieron a la misma Taylor. Estas piezas históricas, sumadas a un collar de 196 quilates y una gargantilla reluciente, elevaron aún más el simbolismo del momento. Su peinado tipo bob con ondas suaves y maquillaje de inspiración clásica sellaron el look con un aire de estrella de Hollywood.

La aparición de Kim marcó uno de los momentos más impactantes del desfile, que también sirvió como despedida del diseñador Demna antes de su próxima etapa profesional. En medio de un ambiente cargado de emoción, la socialité demostró que su influencia en la moda va más allá de las tendencias y que sabe cómo transformar un desfile en una experiencia teatral y nostálgica. Con esta interpretación de Elizabeth Taylor, Kardashian no solo honró a una de sus ídolas, sino que reafirmó su posición como musa moderna del lujo y el estilo eterno.