París se convirtió en el escenario perfecto para que Katy Perry y Justin Trudeau hicieran pública su relación. Durante la celebración del 41.º cumpleaños de la cantante, ambos fueron captados de la mano al salir del emblemático cabaré Crazy Horse, en una noche que marcó el fin de las especulaciones.
La historia comenzó en julio con una cena íntima en Montreal, seguida de escapadas discretas y una complicidad visible en un yate frente a Santa Barbara. Sin embargo, nunca se había producido esta aparición conjunta tan clara hasta ahora.
Para Katy, quien rompió recientemente su compromiso con Orlando Bloom tras nueve años de idas y venidas, este paso marca un nuevo capítulo: ella está de gira, construyendo su marca y afrontando una vida más libre. Trudeau, ex primer ministro de Canadá que dejó el cargo, aporta una historia diferente: la de un político que ahora parece querer explorar lo privado con discreción.
La química entre ambos parece real y no de posicionamiento mediático. Un allegado comenta que Katy se siente “halagada” por el interés de Trudeau y valora que él esté dispuesto a adaptarse a su agenda exigente. El contexto, en medio de luces, paparazzis y celebridades, hace que lo que parecía un rumor se transforme en una historia con cuerpo, emoción y posibles implicaciones visibles para ambos mundos
