
La colombiana Karol G ha dejado de ser solo una figura musical para convertirse en un nombre clave en el mundo del estilo. Con una presencia constante en eventos exclusivos y una actitud imparable, la artista brilla tanto por su talento como por su capacidad para redefinir la moda.
Su primera aparición en la Met Gala 2024 marcó un antes y un después: lució un vestido de Marc Jacobs cubierto de cristales y complementado con orejas de hada protésicas, larga melena platinada y una corona de cristal. Un look que evocaba magia, fantasía y la voluntad de contar historias a través de la indumentaria.
Sin embargo, su versatilidad no se redujo a lo etéreo. En 2025, al participar en la recreación del Victoria’s Secret Fashion Show 2025, combinó sensualidad y performance: un catsuit de encaje, falda drapeada y actitud de pasarela unieron su mundo musical con el universo del espectáculo de moda.
Cada aparición de Karol G actúa como extensión de su identidad artística. Para la presentación de su álbum Tropicoqueta, eligió un vestido blanco con volantes y corset, mezclando la vibra tropical de su música con una elegancia consciente. La moda se convierte así en hilo conductor entre su obra y su imagen pública.
Más allá de los looks puntuales, su equipo cuida los detalles visuales: maquillaje que va desde tonos suaves hasta ojos intensamente ahumados, peinados que alternan entre recogidos sofisticados y melenas sueltas, y accesorios que refuerzan el concepto sin distraer. Esta coherencia estética se traduce en fotos virales, cobertura mediática global y posicionamiento de marca.
Hoy, Karol G demuestra que ser artista va más allá del escenario. Cada atuendo es contenido, cada posado es parte de la narrativa. En un entorno en el que la imagen lo es todo, ella ha logrado convertir su estilo en un lenguaje propio y ganar un lugar firme en la cultura pop