
En un escenario íntimo y sin artificios, Itatí Cantoral se enfrenta a su mayor reto actoral: su primer monólogo teatral. Pero no se trata solo de un ejercicio escénico. Es una declaración. Una denuncia. Una reivindicación. En Juicio a una zorra, la actriz mexicana encarna a Helena de Troya, no como la figura mitológica culpable de una guerra, sino como una mujer silenciada por siglos que, por fin, toma la palabra.
De villana de telenovela a voz de resistencia
Con más de 30 años de trayectoria, Cantoral ha sido muchas mujeres en pantalla. Pero ninguna tan suya como esta. En una interpretación visceral, da vida a una Helena que no suplica perdón ni busca redención, sino que exige justicia. “Esta vez, Helena habla desde ella misma. No desde lo que los hombres contaron de ella”, afirma la actriz, quien se ha sumergido en una intensa preparación emocional e intelectual para este papel.
El texto, escrito por el dramaturgo español Miguel del Arco y dirigido por Alonso Íñiguez, se presenta en La Teatrería de Ciudad de México del 11 de julio al 31 de agosto. Y no es casualidad que esta obra llegue en un momento en que el mundo entero cuestiona los relatos impuestos y exige nuevas narrativas.
Un mito reescrito desde la verdad femenina
Durante siglos, Helena fue retratada como la adúltera, la traidora, la “zorra” que desató la guerra de Troya. Pero ¿y si esa historia no fuera suya? ¿Y si nunca tuvo la oportunidad de contarla? En este monólogo, Helena se enfrenta a sus verdugos —Teseo, Menelao, Agamenón, Ulises, Aquiles e incluso Zeus— y los interpela desde un limbo simbólico donde exige un juicio justo.
La puesta en escena, con escenografía de Aurelio Hernández y música original de Alan Muciño, crea una atmósfera ritual que acompaña la transformación de Helena de mito a mujer. Una mujer que, copa en mano, habla de deseo, abuso, poder y dignidad.
Un mensaje urgente para las nuevas generaciones
Cantoral ha dedicado esta obra a su hija de 16 años y a todas las jóvenes que, como Helena, han sido juzgadas antes de ser escuchadas. “Quiero que mi hija sepa decir que no. Que sepa que puede confiar en su madre. Que entienda que su voz importa”, confesó la actriz en entrevista.
El montaje no solo interpela al pasado, sino que dialoga con el presente: matrimonios forzados, abuso infantil, violencia estructural. “No estamos tan lejos de lo que vivió Helena”, dice Cantoral. “Hoy hay niñas de nueve años casadas con hombres de 40. Eso no es mitología. Es México. Es ahora.”
Una actriz que se reinventa para hablar más fuerte
Para Itatí, este monólogo es un “reseteo” profesional. Un acto de valentía en una industria que muchas veces premia la superficialidad. “No tengo que reivindicarme con nadie. Me he ganado el cariño del público. Pero sí tengo mucho que decir. Y esta vez, lo digo sola, en escena, sin filtros”, declaró.
Juicio a una zorra no es solo una obra de teatro. Es un espejo. Una herida abierta. Una oportunidad para escuchar, por fin, a quienes durante siglos fueron silenciadas.