
Emma Stone, con esa usual mezcla de honestidad y humor, se sinceró sobre lo que significó promocionar El Sorprendente Hombre Araña 2 y dejó en evidencia que el brillo del cine a veces va acompañado de un precio físico y emocional considerable.
Con una confesión tan poderosa como inesperada, reveló que la gira mundial de prensa para promocionar el filme la dejó al borde del colapso. “Recuerdo que fueron nueve países en dos semanas. Funcionas en un estado de desfase horario que nunca habías experimentado. Me sentí realmente psicótica todo el tiempo. Estaba medio muerta”, dijo con una franqueza que hace eco en cualquier persona que haya sentido el desfase brutal de una multi-parada global.
A pesar del deterioro sufrido por el jet lag, Emma guarda en su memoria los momentos verdaderamente valiosos: los lazos formados con Andrew Garfield, Sally Field y el director Marc Webb. “Fue una época realmente especial en mi vida”, recordó, subrayando que lo que permanece no son los flashes ni el despliegue publicitario, sino esas conexiones humanas que trascienden cualquier producción.
El contraste entre la presión de las giras y la dulzura del rodaje refleja fuerza, vulnerabilidad y autenticidad. Emma demuestra que ser parte de una saga de superhéroes no es solo lucir un traje y sonreír en cámaras: también es sobrevivir en una ola de eventos que puede dejarte “medio muerta”, pero con historias que valen cada esfuerzo.