Rubén Aguirre, mejor conocido como el inolvidable Profesor Jirafales de El Chavo del 8, partió hace ocho años dejando tras de sí una estela de cariño y nostalgia en millones de corazones. Pero hasta ahora, pocos conocían la verdadera historia detrás de su fallecimiento. Su hijo, Arturo Aguirre, ha roto el silencio y compartido detalles íntimos que cambian por completo la versión oficial de los hechos.

En un video difundido recientemente en TikTok, Arturo confesó que su padre no murió simplemente a causa de una neumonía, como se informó en su momento. Detrás de esa noticia había años de hábitos poco saludables que minaron su salud. Rubén Aguirre tenía una dieta desordenada, era un apasionado de los dulces, y con el tiempo desarrolló diabetes. A esto se sumaba su gusto por la carne roja, el vino tinto y el tequila ocasional, así como el hábito de fumar puros. Todo esto contribuyó a un deterioro paulatino pero severo de su estado físico.

Pero los malos hábitos no fueron los únicos responsables. Arturo también denunció que su padre fue víctima de un tratamiento médico equivocado mientras se encontraba en Argentina. Un médico le recetó grandes dosis de cortisona, lo que provocó una hinchazón considerable y aceleró el deterioro de su salud. Pese a todo, Arturo asegura que su padre falleció tranquilo, sin dolor, y en paz, lo cual es quizás el consuelo más grande para su familia y admiradores.

A pesar de estos difíciles últimos años, el legado de Rubén Aguirre sigue más vivo que nunca. Su personaje del Profesor Jirafales continúa siendo un ícono del humor latinoamericano, y su figura permanece grabada en la memoria colectiva de generaciones que crecieron con las travesuras de El Chavo. Detrás del traje de maestro galante y paciente, hubo un hombre con luchas personales, contradicciones y una vida tan humana como entrañable. Hoy, conocer su historia más allá de las cámaras solo lo hace más cercano y admirable.