En un giro lleno de humor y ternura, un padre de familia de Brooklyn se llevó todas las miradas durante el Día del Padre. George Gountas, diseñador de iluminación de The Daily Show, fue convencido por su esposa para participar en un singular concurso de dobles de Pedro Pascal, organizado por el restaurante mexicano Son Del North, y terminó coronándose como su “gemelo” oficial.

Lo más divertido es cómo arrancó todo: Jenny, su esposa, notó desde hace tiempo que a George lo comparaban con el actor —incluso niños lo señalaban—, así que lo motivó diciéndole que sería el regalo perfecto por su día. Entre bromas y peinados al estilo Pascal, se dejó bigote, se vistió para la ocasión y… ganó. No solo se llevó 50 dólares, sino también un año entero de burritos gratis, ¡una recompensa doblemente sabrosa!

El evento, celebrado al aire libre en pleno Lower East Side, contó con casi treinta participantes que emularon a Pascal con barbas, camisetas alusivas a The Mandalorian o con mensajes solidarios como “Protejan a las muñecas y a todos los inmigrantes”, un guiño al activismo que apoya el actor. Pero fue George quien conquistó al público y a los jueces, gracias a una ovación espontánea que lo catapultó como el ganador indiscutible.

Tras recibir el premio, George agradeció emocionado a quienes lo impulsaron: su esposa, sus colegas y sus hijos, que lo acompañaron antes de llevarlos a sus recitales. Él mismo le lanzó a Pascal una invitación amistosa para compartir una cerveza y una buena charla, fiel al carisma que caracteriza al rostro real del concurso.

Este evento no solo es una curiosa anécdota, sino también un reflejo del impacto cultural que tiene Pedro Pascal. Su simpatía y presencia en series como Game of Thrones, The Mandalorian y The Last of Us han inspirado este tipo de celebraciones espontáneas. En un momento donde las redes buscan alivio y diversión, una simple competencia de parecidos puede reunir a comunidades y traer sonrisas.

Mientras George disfruta de sus burritos y asimila su nueva fama viral, todos nos preguntamos: ¿habrá invitación para una fiesta con Pascal? Y si sucede, seguro será una de esas historias dignas de contar… con una buena anécdota familiar de por medio.