¿Sabías que el colágeno es como el “pegamento” que mantiene tu piel firme, tu rostro tonificado y tus articulaciones en forma? Esta proteína, que nuestro cuerpo produce naturalmente, empieza a disminuir a partir de los 25 años, y su ausencia es una de las grandes responsables de las arrugas, la flacidez y el envejecimiento visible. Pero ¡tranquila! No todo está perdido. Expertos revelan seis claves prácticas y efectivas para conservar este tesoro de la juventud por más tiempo.

Protección solar todo el año. El sol es maravilloso, pero también uno de los peores enemigos del colágeno. La exposición prolongada a los rayos UV descompone esta proteína vital. Así que ya lo sabes: nunca salgas sin protector solar, incluso en días nublados o fríos. Y si fumas, ¡hora de dejarlo! El tabaco destruye el colágeno y acelera el envejecimiento, por dentro y por fuera.

Duerme como una reina y muévete como una diosa. Dormir bien (mínimo 7 horas) no es un lujo, es una necesidad. Durante el sueño profundo, el cuerpo se regenera y produce colágeno. Súmale ejercicio regular para mejorar la circulación y reducir el estrés, y tendrás un combo rejuvenecedor al alcance de tu día a día.

Lo que comes, se nota en tu piel. Para fabricar colágeno, tu cuerpo necesita materia prima: vitamina C, zinc, manganeso y cobre. Encuéntralos en frutas cítricas, vegetales verdes, mariscos y nueces. Y si quieres un extra, los suplementos de colágeno hidrolizado también pueden ser un gran aliado. La belleza empieza desde adentro, ¡y tu piel lo agradecerá!

En resumen, conservar tu colágeno no es cuestión de magia, sino de hábitos. Sol, sueño, nutrición y movimiento: cuatro pilares para que tu piel siga brillando con luz propia. ¿Lista para convertirlos en parte de tu rutina?