Bruce Willis: el adiós silencioso de una leyenda y la decisión que cambió su hogar para siempre

La estrella de acción que durante décadas encarnó a héroes invencibles enfrenta hoy una batalla que no se resuelve con armas ni guiones. Bruce Willis, de 70 años, continúa en deterioro progresivo debido a la demencia frontotemporal que le fue diagnosticada en 2022, y su esposa, Emma Heming Willis, ha revelado recientemente la decisión más difícil que ha tenido que tomar desde que comenzó esta etapa: vivir separados.

Durante una emotiva entrevista con Diane Sawyer para ABC News, Emma compartió que Bruce ya no reside en el hogar familiar. Fue trasladado a una segunda casa, adaptada para sus necesidades médicas, donde recibe atención especializada las 24 horas del día. “No fue una decisión fácil, pero era lo que él hubiera querido para nuestras hijas”, confesó la modelo y empresaria, refiriéndose a Mabel y Evelyn, de 13 y 11 años respectivamente.

La enfermedad ha afectado profundamente la capacidad de comunicación del actor, así como su memoria y su interacción con sus seres queridos. Emma explicó que, aunque Bruce ya no puede reconocerla como esposa ni recordar momentos compartidos, aún existe una conexión emocional que ella valora profundamente. “No necesito que sepa quién soy. Solo quiero sentir que aún hay algo entre nosotros. Y lo hay”, expresó con ternura.

Los primeros signos del trastorno aparecieron mucho antes del diagnóstico oficial. Emma relató que Bruce comenzó a mostrarse distante, callado y emocionalmente ausente, lo que generó confusión y dolor en su entorno familiar. “Pasé de tener un compañero cálido y expresivo a convivir con alguien que parecía apagarse poco a poco”, dijo. La tartamudez infantil del actor incluso reapareció en algunos momentos, y su actitud se volvió errática y retraída.

La decisión de separar los espacios familiares fue tomada no solo por el bienestar de Bruce, sino también para proteger la dinámica emocional de sus hijas. Emma reveló que dejó de organizar reuniones en casa, fiestas infantiles y actividades ruidosas, al notar que el actor se sentía agobiado por el bullicio. “Tuve que aislar a toda la familia, y eso fue por protegerlo”, explicó.

A pesar del dolor, Emma ha encontrado fuerza en los pequeños momentos: una sonrisa, una mirada cómplice, una risa espontánea. “Bruce sigue teniendo ese brillo en los ojos. Y eso me transporta”, dijo. Su testimonio, recogido también en su próximo libro The Unexpected Journey, busca dar voz a los cuidadores que enfrentan enfermedades neurodegenerativas sin manual ni mapa.

Bruce Willis, el eterno John McClane, hoy vive rodeado de amor, aunque en silencio. Y su familia, lejos de rendirse, ha aprendido a comunicarse con él desde otro lugar: el de la presencia, la paciencia y la memoria compartida.

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