Bella Hadid rompió el silencio y abrió su corazón. La supermodelo habló sin filtros sobre la depresión que la ha acompañado en los últimos años, esa que muchas veces se siente invisible pero que pesa más cuando ves que todo a tu alrededor espera que todo sea perfecto.

En entrevista, Bella dijo que durante un tiempo posteaba fotos de ella llorando en redes porque ni siquiera sabía cómo poner en palabras lo que sentía. No eran solo días malos: eran episodios donde el dolor mental y físico se volvía “excruciante y debilitante”, hasta el punto en que ni siquiera tenía la claridad para explicarlo.

Ha contado que en esos momentos, cuando su madre o su doctor le preguntaban cómo estaba, ella simplemente respondía con una fotografía. Era lo único que podía hacer porque hablar era demasiado. Esa pequeña imagen le permitía decir: “Esto soy yo hoy”.

A pesar de lo duro, Bella también ha tenido días de luz. Explica que hay mañanas cuando su mente está más clara, cuando la ansiedad no la golpea tan fuerte. Pero advierte que también pueden venir mañanas completamente opuestas, lo que la hace sentirse vulnerable ante esa montaña rusa emocional.

Un aspecto que la ayudó considerablemente fue no fingir más. Dejar de publicar solo fotos “perfectas” y empezar a mostrar lo real. Comentar lo que siente, compartir sus emociones tras esas lágrimas, esos momentos que normalmente se esconden, le dio un sentido de comunidad: muchas personas se le acercaron diciendo que se sentían igual. Y, de pronto, ya no estaba tan sola.

Bella revela que sus problemas de salud no solo son mentales. También lidia con condiciones físicas complicadas, incluyendo Lyme disease, que empeoran esos días negros, contribuyen al cansancio, al llamado “brain fog” (esa niebla mental que hace difícil pensar con claridad), y a sensaciones de fatiga constante.