Después de seis semanas fuera de las cámaras, Raúl de Molina, el carismático presentador de El Gordo y La Flaca, regresó al set con una transformación que va más allá de lo físico. Su pérdida de más de 15 libras tras someterse a una cirugía abdominal no solo sorprendió a sus seguidores, sino que también abrió una conversación sobre salud, autoestima y perseverancia.
Una cirugía necesaria, no estética
El procedimiento, realizado el 30 de mayo, fue una panniculectomía, intervención que elimina el exceso de piel y grasa abdominal acumulado tras una significativa pérdida de peso. Aunque Raúl ya había bajado más de 110 libras en años recientes, la incomodidad física persistía. “No podía caminar bien, ni nadar. Me molestaba hasta para ir al baño”, confesó en su regreso al programa.
Contrario a lo que muchos pensaron, el objetivo no era verse más delgado, sino mejorar su calidad de vida. “No me operé para ser flaco. Me operé porque la barriga me molestaba”, aclaró con su característico humor.
Complicaciones que pusieron a prueba su fortaleza
Diez días después de la cirugía, Raúl enfrentó una complicación que lo llevó de emergencia al hospital. Un hematoma se formó en la herida, agravado por medicamentos antiinflamatorios. Fue su hija Mía quien, al notar que su padre se desmayaba, llamó al 911 y lo acompañó durante todo el proceso de recuperación.
“Si no fuera por Mía, no estaría aquí”, expresó emocionado. También agradeció a su esposa Mily, quien se convirtió en su enfermera personal durante semanas. “La mejor enfermera del mundo”, dijo entre lágrimas.
Un regreso con propósito
El 14 de julio, Raúl volvió al set de El Gordo y La Flaca acompañado de sus colegas y amigos, entre ellos Lili Estefan. Su energía renovada y actitud positiva fueron evidentes. “Estoy feliz de estar de vuelta en casa”, dijo al iniciar el programa.
Aunque aún se recupera, su mensaje fue claro: cuidar la salud no es una cuestión de estética, sino de bienestar. Su historia inspira a quienes enfrentan retos similares y demuestra que nunca es tarde para tomar decisiones valientes.
