
La noche del domingo marcó un momento inolvidable en la televisión latina con el estreno de la segunda temporada de Juego de Voces. Lucero, la icónica cantante y actriz mexicana, protagonizó un emotivo reencuentro con su pasado que dejó a todos los presentes, y a ella misma, con lágrimas en los ojos.
El programa, transmitido por Univision, presentó una dinámica especial llamada El Portal, donde los participantes son transportados a momentos significativos de sus vidas. Lucero fue la primera en cruzar esta puerta mágica, llevándola de regreso a su infancia y a su papel protagónico en la telenovela Chispita, que marcó el inicio de su carrera en 1982.
Al entrar al escenario recreado como la habitación de Isabelita, su personaje en Chispita, Lucero se encontró con una joven actriz que representaba a su versión infantil. La interacción entre ambas fue profundamente conmovedora, con preguntas que evocaron recuerdos de su niñez, su familia y su trayectoria. «Todavía amo actuar, bailar y estar en la televisión», respondió Lucero con lágrimas al ser cuestionada por su yo más joven.
El momento más emotivo llegó cuando la pequeña Chispita le pidió a Lucero que enviara un mensaje a su hija en el futuro. «Te amo, hija. Quiero que seas muy feliz y siempre contarás conmigo», expresó Lucero, mientras su hija, Lucerito, observaba desde el público visiblemente emocionada.
Pero las sorpresas no terminaron ahí. La producción del programa preparó un reencuentro especial con Angélica Aragón, quien interpretó a la madre de Lucero en Chispita. Este encuentro, cargado de nostalgia y cariño, fue la cereza del pastel en una noche llena de emociones.
El debut de Juego de Voces no solo destacó por su innovadora propuesta, sino también por la capacidad de conectar con el público a través de historias humanas y auténticas. Lucero, con su carisma y sensibilidad, demostró una vez más por qué sigue siendo una de las figuras más queridas del entretenimiento latino.